Sede Tomada…

Adrenalina pura

Los Dirigentes no tienen horario

El martes 17 ni siquiera podíamos sentir el cansancio, las idas y venidas de una secretaría a otra, subidas y bajadas por las escaleras de la Sede Nacional no nos lo permitían. El constante llamado a todos nuestros teléfonos tampoco.

- Hola, nos juntamos con los compañeros, estamos saliendo, a más tardar a las 5 de la tarde, no llegamos a Buenos Aires antes de las 6:00…

- Hola, nos retrasamos, salimos más tarde…

- Esta bien, lo importante es que ingresen a Capital antes de las 7:00 de la mañana, para evitar problemas de tránsito.

Eran algunas de las llamadas que recibíamos desde las Seccionales que estaban en camino.

El clima nos preocupaba, había llovido mucho y el pronóstico de TN nunca nos resultó confiable.

Mientras tanto, el personal del Gremio trabajaba a la par de los Dirigentes, atendiendo los teléfonos, armando las banderas, cargando los volantes que repartiríamos…

A las 16:00 horas, nos reunimos los Dirigentes para ponernos al tanto de todos los detalles que cada uno había estado manejando.

Nos pareció que sólo habían transcurrido segundos cuando algunos de nuestros dirigentes se acercaron para avisar que salían para Mar del Plata, a terminar de organizar el Campeonato de Fútbol, que se jugaría dos días después. Habían pasado 5 horas desde la reunión.

Uno de los últimos en retirarse, luego de pasar el reporte de todos los compañeros que viajaban miles de kilómetros para acompañarnos en la digna lucha, confirmó que a la salida del sol nos reencontrábamos en la Seccional. Al mirar el reloj, estábamos seguros que los canales de aire habían terminado la trasmisión del día.

A las 6:00 de la mañana, nos dispersábamos por toda la sede, llamando por teléfono, atendiendo el teléfono, preparando té, café, mate, biscochitos, para cuando llegaran los micros que venían del interior.

Un pasacalle que atravesada el ancho de Av. La Plata, decía: ¡Bienvenidos! Y así lo sentimos, a las 8:00, cuando Dirigentes y trabajadores de Mendoza, Río Cuarto, Reconquista y Paraná, nos estrecharon con un abrazo.

Mientras tomábamos algo caliente, comentamos que los micros debían quedar en la Av. 9 de Julio, según lo indicado por la Policía Federal; y mientras repartíamos las banderas, cada Seccional mostraba la propia.

El tic tac del reloj nos comenzó a inquietar, entregamos las pecheras a los Compañeros y Dirigentes que se encargarían de la seguridad, mientras otros cargaban, bombos, tambores y trompetas.

Cuando el reloj marcó las 8:45, en Av. La Plata 2047 se apagaron las luces y cuando la puerta se cerró sólo se escuchó el “clack” de la llave que cerró la Sede, lo único que quedó fue sensación de que alguien había pasado por ahí.

xfv